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Recetas sencillas para el invierno

Plato de sopa oriental y manos sirviendo cebolleta

Con la llegada del invierno, el frío y la lluvia, apetece más comer algo caliente. En verano es más fácil apañarse con una ensalada o un plato basado en productos frescos y preparados en un momento.

En cambio, la cocina de cuchara exige un grado más de implicación y dedicación. Aunque el resultado de ese tiempo invertido suele verse completamente compensado en el paladar.

Por eso, hoy queremos proponerte algunas recetas y recomendaciones económicas y razonables en cuanto a tiempo de preparación, con un nivel de dificultad asequible y elaboraciones simples

Verás que no hace falta ser el rey o la reina de los fogones para disfrutar de algunos platos que no apetecen en verano pero que entran perfecto en esta época.

Mujer cocinando sopa en una cocina

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Alimentos recomendados para esta temporada

Antes de adentrarnos en recetas específicas merece la pena mencionar ciertos grupos de alimentos que gracias a sus componentes resultan beneficiosos para combatir el frío y sus consecuencias. 

Ya sea por su aportación vitamínica, como fuente de energía o su alto contenido en fibra, nos ayudarán a estar más fuertes durante el invierno.

La fruta 

Los cítricos como la naranja, el kiwi o la mandarina son ideales para combatir y prevenir los resfriados gracias al ácido fólico y a la vitamina C que contienen. Los kiwis, además, 

favorecen el tránsito intestinal como resultado de su aporte en fibra.

Los frutos secos

Debido a su alto índice de calorías, son ideales para esta época en la que nuestro organismo precisa de un volumen más alto de energía

Aunque la mayoría pueden consumirse durante todo el año, es en invierno cuando sus nutrientes y vitaminas se encuentran en su máximo esplendor, haciendo que su aporte nutritivo sea más elevado.

Almendras, anacardos, avellanas y nueces expuestos sobre una mesa

Verduras de hoja verde

Estas verduras cuentan con un alto contenido en fibra, vitaminas, y, sobre todo, hierro. Además, son fácilmente incluibles en cremas o ensaladas, lo que las convierte en prácticas y cómodas para su consumo. Algunos ejemplos de verdura de hoja verde son los puerros, las espinacas, las alcachofas y las acelgas.

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Infusiones y té

No solo apetecen para hacernos entrar en calor o ayudarnos a conservarlo, sino que fortalecen nuestras defensas e incluso pueden ser recomendables para combatir los síntomas de un resfriado indeseado. 

Gracias a la cafeína y los taninos, la respiración y el sistema nervioso se estimulan y se vigorizan. Tienen, además, un efecto diurético beneficioso para la correcta eliminación de residuos en nuestro organismo.

Legumbres

Las legumbres ofrecen muchísimas posibilidades culinarias puesto que encajan perfectamente en una infinidad de platos. Son recomendables siempre, pero con el frío apetecen más, sobre todo por las recetas que las incluyen. 

Además de su efecto saciante, otra de sus ventajas es el gran contenido en fibra rica en proteínas de origen vegetal.

Tabla de diferentes quesos

Alimentos fermentados

Contienen probióticos, súper necesarios para mantener la microbiota intestinal en un estado óptimo y ayudarnos a estimular el crecimiento de la flora bacteriana.

Esto provoca efectos muy beneficiosos en nuestro sistema inmunitario y digestivo. Los yogures, el queso o la leche forman parte de este tipo de alimentos.

Para finalizar mencionando estos grupos de alimentos, no podemos dejar de lado a los ricos en proteínas como la carne o el pescado, cuya ingesta se recomienda una media de 5 veces a la semana. 

Recetas sencillas y económicas

A continuación enumeraremos algunas recetas fácilmente ejecutables, calientes y deliciosas para disfrutar del bienestar del hogar mientras humea el plato. No te vamos a engañar: son sobre todo sopas, que gustan mucho en la redacción. ¡Esperamos que sean de tu agrado!

Sopa de cebolla

Según se dice, la sopa de cebolla tuvo su origen en el mercado parisino de Les Halles, donde se les ofrecía a la gente que volvía a casa después de pasar la noche de fiesta.

Su receta aparece ya en un libro de cocina francés del siglo XIV llamado Le viandier, conservado en la Biblioteca nacional de Francia, aunque el plato no alcanzaría su fama hasta el siglo XIX.

Su preparación consiste en cortar abundante cebolla en juliana y sofreír en mantequilla o aceite. Para que el caldo espese, debes añadirle una pizca de harina y jerez o brandy a voluntad. 

El siguiente paso es dejar que hierva en agua o en un caldo preparado previamente con base de carne u hortalizas. Por último, una vez servido el caldo, añadimos una rebanada de pan y, sobre ella, un poco de queso emmental o gruyer. Gratinamos y a disfrutar.

Dos cuencos de sopa de cebolla servida en una mesa

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Sopa azteca

También conocida como sopa de tortilla, es una sopa tradicional de México. Se dice que tuvo su origen en el estado de Tlaxcala, situado en el área central del país, aunque acabó haciéndose popular en toda la extensión de la nación.

A pesar de que en sus inicios era consumida mayoritariamente por la clase humilde, pronto llegó a las mesas más acaudaladas. En algunos restaurantes y cantinas se sirve el caldo por un lado y la guarnición por otro, para que el comensal se sirva a su gusto.

Esta sopa deliciosa está elaborada, a grandes rasgos, con un caldo de tomate, cebolla y ajo, tiras fritas de tortilla de maíz, aguacate, queso y crema. Opcionalmente, se pueden encontrar versiones con carne, sobre todo pollo.

Sopa azteca, también conocida como sopa de tortilla, servida en un cuenco blanco.

Harira

¡La harira es —sorprendentemente— otra sopa! En esta ocasión, su origen se sitúa en el norte de África, donde es costumbre. Este plato tradicional, aunque se consume durante todo el año, es típico durante el ramadán.

Su poder nutritivo y su elaboración basada en alimentos muy presentes en la despensa de cualquier casa hacen que sea el elemento perfecto para el iftar —la ruptura del ayuno—.

Los ingredientes de esta riquísima sopa son sencillos: carne, tomate y legumbres. En algunas zonas se le puede añadir limón exprimido, lo que le da un toque especial que dispara todos los sabores. 

Entre las legumbres que podemos encontrar en una harira no faltan las lentejas o los garbanzos, pero en ocasiones también se añaden fideos.

Harira con lentejas, limón y pan de pita

Esperamos que te hayan gustado las propuestas para hacer tus propios platos en casa. Recuerda que son elaboraciones muy sencillas y con ingredientes baratos, así que, ¡anímate a prepararlos tú mismo/a! 

En Dinevo queremos que disfrutes de lo mejor del invierno, pero si necesitas una ayudita, no dejes de contar con lo que podemos ofrecerte.