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Cómo aislar tus ventanas del frío

Fachada azul con ventanas de luz naranja

Como anunciaba el lema de la Casa Stark de Juego de Tronos, se acerca el invierno. El frío ya se empieza a notar de verdad y así será durante los tres o cuatro próximos meses. Teniendo en cuenta el precio de la luz y de la calefacción, se antoja necesario hacer un esfuerzo extra para garantizar la eficiencia energética de nuestros hogares.

Hoy hablaremos de uno de los elementos más importantes a la hora de perseguir esa eficiencia energética y es conseguir un buen aislamiento. Porque es más importante mantener una constante y buena temperatura que tener la calefacción encendida todo el día.

Dos ventanas blancas de marco naranja sobre fachada azul

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LAS VENTANAS

La principal vía de entrada y salida de la energía calorífica en tu vivienda son las ventanas. El uso de unas ventanas inadecuadas provoca que se escape el calor, por lo que instalar unas que lo conserven mejor puede ser amortizado en forma de ahorro de energía mucho antes de lo que crees.

A continuación enumeramos los tipos de ventanas disponibles en el mercado junto con sus ventajas e inconvenientes:

Ventanas de PVC

Son las que mejor aíslan térmicamente debido a que el material impide que el calor se transmita entre el interior y el exterior. Te pueden ayudar a ahorrar hasta un 50% más que otras ventanas, aunque no pueden instalarse en huecos demasiado grandes y se deterioran más con el tiempo.

Ventanas de aluminio

Son la opción más elegida por su relación calidad-precio y que ofrecen una mayor durabilidad que las de PVC. En cambio, aíslan la temperatura peor que éste, pero no necesita tantos cuidados. Gracias al desarrollo de la técnica conocida como ‘rotura de puente térmico’ los últimos modelos ofrecen un mejor aislamiento, pero esto repercute directamente sobre el precio, más elevado.

Ventanas de madera

Si lo que persigues es un gran aislamiento térmico, no son la mejor opción. Además, requieren de mantenimiento constante porque sufren con las condiciones climáticas como el sol, la lluvia o el frío. No obstante, sí aíslan bien acústicamente y le otorgan a la vivienda una apariencia más orgánica y cálida.

Señora asomándose por una ventana blanca de madera

CRISTALES Y TIPOS DE CIERRES

El acristalamiento de la ventana, así como su tipo de cierre, también influyen enormemente en la calidad del aislamiento. En el caso de los cristales, éstos pueden ser simples o dobles. Los dobles están compuestos de dos hojas de vidrio separadas por una cámara de aire, y a mayor grosor de estos dos elementos, más aislamiento.

Aunque el tipo de cierre de la ventana -batiente, abatible, pivotante, etc.- puede condicionar bastante el grado de aislamiento térmico, se suele elegir más por comodidad, por conveniencia del espacio o por la utilidad que vayamos darle a la ventana. 

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CAMBIAR LAS VENTANAS

Aunque en principio pueda resultar contradictorio, a veces, la mejor manera de ahorrar en energía es comenzar por una inversión como puede ser sustituir tus ventanas, ya que a la larga tu bolsillo lo agradecerá. Si necesitas un empujón para decidirte y poner ventanas nuevas, aprovecha nuestros préstamos rápidos y empieza a notar cómo baja la factura de la calefacción.

Ventanas blancas al jardín con dos plantas sobre el poyete y una regadera

El precio de sustitución de las ventanas depende de varios factores que te detallamos a continuación:

  • Número de ventanas.
  • Tipo de material del marco: Este gasto suele suponer hasta un 80% del presupuesto total de la sustitución, siendo el PVC el material más caro.
  • Tipo de cristal: Normalmente significa un 15% del precio total de la ventana. Si optas por doble acristalamiento, el aislamiento será mucho mayor y aumentará el precio.
  • Tipo de apertura: El precio es variable dependiendo de el área y la forma que queramos cubrir.
  • Mano de obra: Diferente según el instalador.

Los precios orientativos para cada unidad de ventana dependiendo del material del marco suelen rondar entre los 100 y 150 euros en las de aluminio, 150 y 250 en las de madera y aproximadamente 225 si son de PVC.

AÍSLA TÚ MISMO TUS VENTANAS

Si optas por hacerlo tú mismo y entregarte a  esa satisfacción de después de un trabajo bien hecho, sobre todo habiendo invertido tiempo en tu propia vivienda, sólo necesitarás papel de burbujas de plástico y un pulverizador de agua.

Podrás encontrar el plástico de burbujas en numerosos establecimientos al alcance de tu mano, donde se suele distribuir por metros o por bobinas. El siguiente paso será cortarlo de tal manera que quede ajustado al tamaño y la forma de la ventana. A continuación, aplica una fina capa de agua sobre la ventana con el pulverizador, y pega la lámina de plástico sobre ella. Aunque parezca mentira, esa fina capa de agua será suficiente para mantener adherido el papel de burbujas a la ventana.

Mujer mirando por la ventana en invierno mientras toma café

De esta manera, el plástico de burbujas funcionará como aislante térmico, y no tardarás mucho en notar lo bien que funciona. Este método te permite, además, no dañar las ventanas y poder instalarlo y desinstalarlo sin problemas. 

El plástico de burbujas no solo te ofrece aislamiento térmico sino también sonoro e impedirá que entre sonido del exterior, convirtiéndose en una alternativa súper económica que mata dos pájaros de un tiro. Recuerda que, además, es un material reutilizable, así que procura conservarlo para soluciones como ésta.

Otra opción para sellar las ventanas son los burletes, unas tiras de material flexible que colocadas en los bordes logran sellarlas herméticamente. Suelen ser de caucho, espuma o silicona y hay que asegurarse de que están en buen estado y cambiarlos periódicamente para que sean completamente eficientes.

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PERSIANAS Y CORTINAS

No podemos finalizar el artículo sin mencionar otros dos factores que cobran gran importancia en el proceso de aislamiento térmico, como son las persianas y las cortinas.

Bajar la persiana cuando empieza a anochecer reduce en gran medida la pérdida de calor y por tanto a alcanzar una mayor eficiencia en el gasto energético. No obstante, la caja de las persianas, al ser un hueco que da al exterior, es un obstáculo para que este aislamiento sea completo, pero se puede solucionar instalando paneles aislantes o planchas de poliestireno en su interior.

Gato mirando por la ventana junto a una cortina de estrellas

Las cortinas, a su vez, también favorecen la conservación de calor dependiendo de su grosor pero, sobre todo, de su material. De hecho, existen cortinas térmicas que pueden estar orientadas a la conservación del calor o la finalidad opuesta: rechazar los rayos solares.

Esperamos haberte ayudado a recortarle un pellizco a tu factura de la calefacción con estos consejos. En Dinevo queremos que aproveches al máximo los recursos energéticos porque tu bolsillo y el medioambiente lo agradecerán.