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Consejos para tu propio huerto urbano

Mujer enseñando una cesta de verduras recién recogidas

Los huertos urbanos se han convertido en una de las tendencias más relevantes y positivas para el medio ambiente y el contexto de las ciudades en los últimos años.

Esta forma de autoabastecimiento supone una numerosa cantidad de beneficios y consecuencias favorables que ayudan a generar un cambio en nuestra forma de relacionarnos con nuestro alrededor, conectar más con la naturaleza y retomar un poco el lazo con nuestras raíces. 

No en vano, recolectar aquello que hemos plantado con nuestras propias manos, nuestro esfuerzo y nuestro tiempo proporciona una sensación de satisfacción que no es comparable a la de ir al supermercado.

Dos personas comprobando el estado de sus verduras en el huerto urbano

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Cultivo responsable

Para empezar a enumerar estas ventajas, es una forma económica y saludable de obtener tus propias verduras. De esta manera, no solo estamos generando una tendencia sostenible de consumo sino que propiciamos un cambio sobre nuestra dieta que, como consecuencia, incluirá más vegetales.

Así, además, sabemos qué estamos comiendo exactamente al conocer el método que hemos llevado a cabo para el cultivo y qué tipo de componentes hemos utilizado durante el proceso. Si a esto le sumas el cuidado específico que le hemos dedicado a esta forma de agricultura, el resultado se nota al primer mordisco.

Aparte de la diferencia de sabor en las verduras cultivadas de forma autónoma, el impacto sobre el medio ambiente es mayor de lo que podríamos pensar en un primer momento. 

El cultivo de tus propios vegetales supone saltarse varios pasos en su proceso de comercialización, como son aquellos derivados de la producción en masa, el uso de fertilizantes sin reparo o la contaminación y el gasto que genera su transporte hasta los estantes de los supermercados.

Cesta de hortalizas recién recogidas como tomates o pepinos

Por si fuera poco, cultivar de forma sostenible supone ceñirse a plantar productos en su temporada correspondiente. No queda más remedio que plantar cada cosa en la época que corresponde, y así es como debería ser siempre. Nos hemos acostumbrado a consumir productos que han viajado miles de kilómetros para llegar a nuestra despensa, aunque no pertenezcan ni a la producción local ni a la época del año en la que nos encontramos y eso tiene un coste a nivel medioambiental. 

Esta forma de globalización y consumo poco responsable ha generado un impacto tremendo en cuanto a los medios de producción utilizados, pero también ha dado lugar a que los productores locales lo tengan cada vez más difícil a la hora de ser competitivos en el mercado y que nuestra identidad gastronómica se haya visto difuminada.

Hay pocas maneras mejores de conservar los rasgos culturales de cada región que a través de hacer uso de lo que la tierra nos da y cómo se traduce esto en nuestra forma de cultivar, cocinar y comer. Al fin y al cabo, lo que va al plato cada día forma parte de nuestra rutina más arraigada sobre la que construimos nuestros lazos sociales, familiares y económicos.

Nada de esto quiere decir que haya que limitarse al disfrute de la comida tradicional autóctona, puesto que la globalización y exportación de la cocina de diferentes orígenes sin duda enriquece nuestra experiencia vital, nuestra percepción del mundo y la forma en que construimos puentes.

Pero no debemos olvidar que para que sea sostenible ha de ser una práctica más puntual que diaria y que hay que favorecer el cultivo de aquellos productos más favorables en nuestro contexto.

Fresas casi maduras cultivadas en huerto urbano

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¿Qué es un huerto urbano?

El huerto urbano es una forma de huerto tradicional de campo pero adaptada a la vida de la ciudad, a un espacio más reducido y a las condiciones más específicas del contexto. Puede ser instalado en interior o en exterior y en él se puede cultivar todo tipo de verduras y hortalizas en una escala menor que en su variante rural.

Dependiendo del formato de la plantación, el huerto urbano puede instalarse en un área privada como una vivienda o un jardín, pero también en zonas comunitarias reservadas o adaptadas para este tipo de actividad. 

Muchos barrios cuentan con este tipo de espacios que anteriormente estaban dedicados a otra finalidad o que realmente nunca llegaron a ser aprovechados. Un huerto urbano puede transformar la vida de un vecindario fomentando relaciones personales más estrechas, el intercambio de alimentos y, en definitiva, inyectándole vida nueva a las conexiones personales entre los ciudadanos y su entorno.

El impacto de un huerto urbano no solo se limita a cómo afecta a la vida de las personas, sino que también enriquece el paisaje. Algunas ciudades tienden a ofrecer cada vez menos espacios naturales, parques, árboles y plantas, y los huertos suplen de alguna forma esa tan necesaria presencia vegetal. También en las fachadas, balcones y terrazas, que se tiñen de verde y contagian de luz el frío cemento y asfalto.

Señor dándole cesta con hortalizas recién recogidas de huerto urbano a una vecina

Tipos de huerto urbano

La primera decisión que debemos tomar es dónde colocar el huerto urbano. La condición más importante es que éste tenga acceso a una fuente de luz natural. A partir de ahí, toca elegir una disposición para su colocación.

Si optas por cultivar sobre el suelo necesitarás un jardín o una superficie de tierra disponible. Si, por el contrario, te decantas por cajones de cultivo, tendrás a tu alcance un mayor abanico de posibilidades, con el añadido de que la disposición del huerto podrá resultar incluso decorativa.

Una de las alternativas más sencillas es plantar en macetas y distribuirlas por tu vivienda, lo cual facilita las cosas en espacios interiores y reducidos. También está de moda instalar huertos verticales en áreas con poco espacio y funcionan muy bien de forma decorativa.

Tomatera con tomates verdes en primer plano y tomates maduros detrás

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Consejos para tu huerto urbano

A continuación te detallaremos una serie de claves para que tu huerto urbano salga adelante y puedas obtener tus propias verduras mientras disfrutas del proceso.

Dónde situarlo

Como te mencionamos, es súper importante que el huerto reciba luz natural, preferiblemente en una orientación sur o suroeste. A nivel de comodidad, disponer de una fuente de agua cercana facilitará mucho la tarea de regar.

Qué sustrato utilizar

Es primordial utilizar tierra con capacidad de retener agua, mullida y con la cantidad de nutrientes necesaria. El sustrato debe garantizar estabilidad a la planta además de estar correctamente oxigenado para que las raíces se nutran sin dificultades. Se recomienda colocar una cama de grava en el fondo del recipiente para facilitar el drenaje y evitar que se colapse de agua.

Qué plantar

Debes consultar un calendario de siembra para elegir el momento correcto a la hora de plantar unas semillas u otras. Es buena idea comenzar por especies sencillas en tus primeras tomas de contacto con el huerto, como tomates, lechugas, patatas o zanahorias.

Herramientas necesarias 

Te vendrá bien adquirir un rastrillo, un capazo, un escardillo, una azadilla y, por supuesto, unos guantes para manipular la tierra y las plantas.

Esperamos haberte servido de ayuda para dar los primeros pasos con tu huerto urbano. No olvides contar con Dinevo si necesitas un pequeño apoyo para abordar nuevos proyectos como éste.